La continua falta de reformas para controlar las armas y la violencia con armas de fuego en Estados Unidos es vergonzosa e inmoral y constituye una abdicación de la responsabilidad de aquellos en el poder político. Los niños están muriendo en todo Estados Unidos en cantidades que no se ven en ninguna otra democracia que no esté en guerra. Esta inacción continua es una mancha en esta nación, hecha con sangre humana, y que continúa expandiéndose, día a día.

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